El peso de "La roja"
Cuando el presidente del gobierno vino a vernos no estaba muy ilusionado, a mí la política me traía un poco sin cuidado, pero junto a mis compañeros le recibí con el mejor talante que pude. Fue mientras hablaba que sentí una carga tremenda en las espaldas, un peso que ha ido bajando por las caderas, las piernas, las rodillas hasta los pies, que ahora parecen hechos de plomo.
Hemos venido a prepararnos a esta ciudad desconocida para mí, concentrados en un hotel a las afueras y aunque el sol brilla, me parece todo cubierto por la niebla.
En el juego me cuesta concentrarme. Oigo las palabras de los otros jugadores lejanas, tapadas por el llanto de unos niños que han sido sacados de sus casas y que dormirán al raso en algún parque. Confundo a los espectadores con gente que ha perdido su empleo y que ahora necesita llenar las horas con algo más que el humo del cigarro. Las mujeres, que vienen a recoger nuestros cuartos, o nos sirven la comida, me recuerdan a todas esas madres que miran a sus hijos como una generación sin futuro, humillados, a los que tienen que darles sus ahorros.
Estas imágenes me turban de tal forma que me impiden correr detrás de la pelota, regatear, pasarla o rematar hasta meterla en la portería del contrario.
El entrenador dice: este es un juego de equipo, cada persona es importante para ganar.
Eso pensaba yo, y era nuestra forma de conseguir eliminar a nuestros rivales.
No sé como explicarle que de pronto todo es distinto. Nosotros somos once y los suplentes para parar unos goles imparables, por que ellos, el presidente del gobierno y sus compinches, se han ido al otro bando, y mientras nosotros nos esforzamos en arrancar unas sonrisas, ellos bombardean el ánimo con noticias catastróficas que apagan la esperanza. Y no hay pie, ni balón, ni equipo que pueda calmar tanta tristeza, tanta desesperación y tanta rabia.
Mariano Rajoy, presidente del gobierno de España, pidió en su discurso a los jugadores de fútbol de la selección de española que se esforzaran en hacer felices a los españoles con sus triunfos en estos tiempos de crisis económica (millones de parados, desahucios, recortes en todos los servicios especialmente sociales, reducciones de sueldo, subidas de precios, aumento de los impuestos y un largo etc…)
El mismo día en que se jugaba el primer partido contra Italia, anunció que había pedido el recate económico a la comunidad europea para sanear la economía de la banca. Después se marchó a ver el partido a Polonia. Empataron (1-1)
1 comentario:
Precioso texto, fortunata. Y qué bien has reflejado ese peso que todos sentimos por el daño irreparable que se está infligiendo a tantos miles de personas. Hace un año habría dicho que estaban en riesgo de ser "expulsados del sistema". Hoy, desafortunadamente, no puedo decirlo, porque lo que ha ocurrido es que se ha destruido el sistema. Nos quedamos desamparados todos. Aunque, como siempre, unos mucho más que otros.
Un abrazo, querida amiga.
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