martes, noviembre 20, 2012

LA 327



Las mejores historias empiezan por la pregunta:

— ¿Quién eres tú?
— El enfermero del turno de noche.
— !Acércate! No te conozco.
Era su primera guardia. En la cama una mujer enjuta, los pómulos altos descarnados, los ojos como ascuas en sendas cavernas.
— !Dame la mano!
Se acercó despacio hasta el borde y se la tendió. Ella la apresó con sus dedos huesudos y tiró de él con una fuerza inesperada.
— !Bésame, por favor!
Su boca amoratada y hundida no parecía muy seductora. Pero, ¿podía negar el deseo a una moribunda?
Posó sus labios rojos, carnosos, juveniles sobre los suyos y sintió ascender el frío por los pies, los glúteos, la espina dorsal, la lengua...
Consiguió desprenderse de ella y  llegó tambaleándose a la sala de enfermeros, parecía que se lo estaban pasando bien.
— ¿Qué, la última voluntad de la 327?

2 comentarios:

humo dijo...

¡A veces nos da por ser un poco crueles! ;DD

Purru dijo...

Asun, de tus últimos escritos sale un humo negro, el negro significa tristeza, negación, vacío, siempre lo relacionamos con la ausencia de color, y la vida ¡está llena de colores!
Que en los próximos vaya saliendo los colores que hay dentro de ti.
Besos