Caminaban desesperados por la ciudad buscando algo. Las calles se estrechaban cada vez más y los edificios parecía que se iban a derrumbar sobre sus cabezas. En algún momento alguien gritó: !Por aquí! y se desvió por un callejón. No tardaron en oír ruido de cristales y un lamento terrible. Siguieron caminando, pero parecía inevitable que algunos desaparecieran; caían por los sumideros, se encerraban en las casas llorando o corrían sin rumbo en todas direcciones.
!Cantemos!dijo uno, tomando las manos de sus compañeros mas cercanos y entono una nota grave y dulce y luego otra y otra... Al mismo ritmo que el abrazo se extendía se elevaba el canto. Una fuerza inusitada invadió sus cuerpos, el paso se hizo firme, y la noche empezó a diluirse con la tenue luz del alba.
Si quieres leer mas micro indignados ve a La colina naranja
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5 comentarios:
Y es que sin la música...
Abrazos
Y cantando creyeron que se les pasaría el hambre y el frío y el miedo. No sé si pasará pero... ya está tardando.
Al final un poco de esperanza. La unión y el canto les da fuerzas, para vencer esta larga noche.
la música siempre da esperanza. Una noche demasiado larga.
Seguiremos cantando
Besos
Un canto a la esperanza, Fortunata. Ojalá acabe todo así, ojalá.
Un abrazo desalambrado.
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