jueves, mayo 16, 2013




ROJO Y NEGRO

Cuando la veía aparecer por el parque sabía que era ella por el azabache de su pelo o por el carmesí de los labios. Casi siempre vestía  camiseta granate y  pantalones de cuero brillantes como ébano pulido, las botas brillaban como el ónix contrastando con los cordones y los calcetines  grana, aunque también podía ser lo contrario que la camisa fuera gris Payne y el pantalón como hierro oxidado o que los botines fueran berenjena y las medias antracita. Cuando sus ideas eran tan ardientes  como brasas que casi quemaban, de su boca salían palabras como betún de Judea que todo lo manchaba (!Mierda!, !Joder!, !Esto es la ostia!) y si sus  pensamientos se oscurecían brotaban de su  boca sonidos cárdenos o berenjena  (!esto se va a pique! !son demasiados los corruptos!)
Un día explotó su empresa y ella salió volando como si fuera escoria.
—No entiendo —dijo en un tono bermellón encendido, no hay tanta gente que tenga mi experiencia.
Era verdad, pero eso no parecía tener demasiada importancia.
Pasó meses despotricando en un encarnado intenso. Pero con la llegada del invierno se produjeron ciertas mutaciones en ella, el pelo se tornó cobrizo,  las ropas se fueron ennegreciendo y quitando los lazos de los zapatos o un clavel  escarlata que se prendía en la solapa del abrigo, todo en ella se volvió  parduzco. Las ojeras gris marengo teñían su cara de tristeza y los labios amoratados indicaban una honda pena. Aun así,  mordía la vida hasta sangrarle las encías y caérsele los dientes, y con las uñas descascarilladas rascaba un muro infranqueable. Mantenía con el mundo una lucha de titanes, que a ella, que había sido fuerte, la estaba debilitando, se le caían mechones de pelo y la flor estaba ajada.
Una tarde que nevaba la vi sentada en un banco, un bulto oscuro que temblaba. La cubrí con una manta azul .
—Vamos —dije —vuelve a casa.

4 comentarios:

S. M. L. dijo...

Un festival de colores para un relato hondamente pesimista.
Ya se saldrá a flote...
Abrazos
D.

Pablo Vázquez Pérez dijo...

Hola... Me gusta sobre todo la segunda parte, en la que sigue manejando el colorido aunque más incorporado a la narración y se centra más en la evolución del personaje. Muy bueno lo de la manta azul. Saludos.

Ana dijo...

Me gustó la sinfonía de colores y el final.
Un beso,

Anónimo dijo...

¡Bravísimo! ¡Qué extraordinario!

Un abrazo,

Mentecato