AZUL

Puedo dejar una estela sobre tu orilla, un rastro apenas perceptible de mi aroma, un hilo finísimo que te lleve hasta mi, pistas sutiles a los sentidos de los otros, solo tu oyes la melodía que entono cada noche.

Códigos que puedes descifrar con tus técnicas de malabarista, Hay juegos que son solo para los iniciados, partidas secretas que se libran entre dos. El mar y el cielo se funden cada noche en la misma oscuridad en que tu nombre se disuelve en el mío, el canto de las gaviotas señala el comienzo y el final de cada rito. Tus manos y mis pies prensiles, la garganta y el oído, suave mecer del oleaje, aveces encrespado, a ratos de una calma chicha que duele como la piel cuando se roza con la arena. No hay lejanía si el faro alumbra nuestros pechos y el eco de la sirena nos nombra cada noche.

Azul y sobre el azul, azul
El mar y el cielo
Tu cuerpo sobre mi cuerpo.