El rey de la selva
Una fierame sujeta con las garrasme devora a mordiscosme mastica entre sus faucesyoen vez de gritar ¡Socorro!Digo más, más.Hasta no poder más.CaigoDesgarradaSangranteAbierta en dosHecha pedazosVorazContinua el festínSin dejar una brizna de carneUna gota de sangreHasta sentirseLlenoSatisfechoDormidoEn la sábana
7 comentarios:
Por suerte esta lucha cuerpo a cuerpo no es a muerte. Porque se ve que el rey es peligroso, en todo caso, es él el que queda dormido en la sábana.
Creo que la leona disimula muy bien su peligrosidad... ¿para que vuelva?
Estos canibalismos que no sabemos si son de la carne o del espíritu o de ambos; o quizás hasta autocanibalismos en donde nos ofrecemos a nosotros mismos como ritual de resurgimiento, en donde nunca llegamos a hacerlo del todo. Quién fuera ese dichoso rey que bebiera del ánfora de sus carnes la dulce leche del amor.
BRUTAL...
salu2
Al final de un plácido jardín
amanece la sabana con la fiera que espera...
Besos.
Bueno, que hermoso festin!
Un cariño
...Gozando del placer que da el más crudo amor.
Besos muchos
Bien.
Me gusta mucho esa crudeza.
Un saludo.
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