Siempre vi el otoño como algo que se precipita, pero no como un meteorito, sino con el sentimiento de un químico que observa un precipìtado que se posa suavemente en el fondo de la vida en que tienen lugar las reacciones químicas de los sucesos que nos ocurren. Por eso siempre me pareció el lugar más propicio para la calma, la reflexión y el encuentro con uno mismo. Y en todo caso siempre para volar, volar, volar...
8 comentarios:
Y esos tonos rojizos que rasgan los ocres... sólo por esa mezcla merece la pena el otoño.
Volar de colores, Fortu.
Un beso
Son bellos los ocres y los grises.
Vuela entre los colores
como alas que mece el viento
Siempre vi el otoño como algo que se precipita, pero no como un meteorito, sino con el sentimiento de un químico que observa un precipìtado que se posa suavemente en el fondo de la vida en que tienen lugar las reacciones químicas de los sucesos que nos ocurren.
Por eso siempre me pareció el lugar más propicio para la calma, la reflexión y el encuentro con uno mismo.
Y en todo caso siempre para volar, volar, volar...
Besos.
(Sigo leyendo. Cuenta con ello)
Claro, huiste el año pasado del frío, camino de tierras cálidas y ahora te da pereza, jejeje...
Besitos Fortu, ah por cierto, ya acabé tu historia del Buho.. Por fin.
Mas besitos
El otoño compañero del renacer de la nueva vida, aunque con su llegada, nos presente la añoranza.
Besitos.
Los colores cálidos, los de la tierra que recoge la vida y sus renuevos en el ciclo de un ayer, de otro mañana esperanzado. Gracias.
Antes de los abrazos viene el otoño!
Besos imaginarios...
wow tu blog es maravillo
me ha encantado
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