martes, agosto 15, 2006

Amado mio...

Ven amado mío…

Emborracha mi boca con tus besos
Y llena mi garganta entre suspiros quedos

Ven amado mío….

Recorre mis fragancias
Y bebe el dulce néctar de mis senos

Hora tras hora
Trago a trago
Consumamos la noche
Apagada de luna

Ven amado mío…

Atravesemos juntos las tinieblas
Arrojemos las sombras de nosotros

Permanezcamos juntos
abrazados
Hasta que la luz del sol
inunde nuestra estancia.

Imagen: Rodin "Cupido y Psiqué"

8 comentarios:

Ana María Fuster Lavin dijo...

Muy hermoso, intenso y sensual, tus versos se sienten como una caricia.
un abrazo

Ana María Fuster Lavin dijo...

Muy agradecida por tus palabras en mi blog, espero que esa comunión entre amigos y escritores siga solidificándose
un beso y una flor para ti

Lila Magritte dijo...

Un poema intenso para fundirse en esa bella escultura.

Abrazos.

Rodolfo N dijo...

Una dulce y apasionada poesia .Me encanto.Besos

mentecato dijo...

Conmovedor. Pero, ¿En qué instante, después de todo el amor, se desmoronan los puentes...?

¿En dónde, en qué universo de seda, en qué otras ciudades ingrávidas, va Vincenza, mi amada italiana, en otros afanes, hundiéndose en otras carnes y destinos?

Que la luz del nuevo día funda en uno, perenne y sin tregua, a los amantes de la noche...

Noa- dijo...

Intensidad que traspasa pieles,
como la esencia de una escultura.

Saludos

@Intimä dijo...

Aun con la fría piedra se esculpe el deseo.
Inerte y viva con tus palabras.
Besitos.

Qymera dijo...

Reposar en un lecho de caricias...que hermosa imagen. Un abrazo amiga.