martes, noviembre 27, 2007

El sacrificio


Ingredientes:

Una losa de mármol blanco

Un cuchillo afilado

A ser posible largo

Si no uno dentado

Un cuenco de aluminio hondo

Para cuajar la sangre

Una doncella

Aunque sea añosa

Muchas velas

Algo de incienso

Una cesta de rosas

Unas cuantas plañideras

El oficiante

No importa que sea zafio y torpe

Los músicos

Indispensable que toquen la milonga

La luna llena

Una noche calurosa

Que llueva

En el momento preciso de la escena


La ceremonia


El cuerpo desnudo y güero de la hembra

Apenas cubierto de un lienzo carmesí

Los cirios encendidos alrededor del ara

A la derecha las plañideras gritan

Arañándose la cara

A la izquierda cinco músicos viejos

Las cuerdas, el bandoneón, el piano

Y la voz gastada del que canta

Entra el oficiante vestido de negro

No puede disimular su tripa hinchada

Ni su verga flácida

Despacio acaricia el cuerpo

Ascendiendo por las piernas

Tienta el vientre con las yemas

Buscando el lugar preciso

Para clavar la daga

La luna derrama una luz lechosa

Sobre la cara asustada

En el cuenco suenan sus lagrimas

El cuchillo tembloroso se alza

Los gritos aumentan de volumen


!Líbranos Señor de los pecados!
!De las noches lujuriosas!
!De las palabras lascivas!
!Señor! !Señor! ! Líbranos Señor!


Tiembla la mano

Tiembla todo el cuerpo

Abre la boca sin decir palabra

Hunde el acero

Mana la sangre que gotea

Sobre las flores muertas

Los acordes se elevan

Sobre la voz que canta


Por el sendero abajo
Van galopando
Un jinete sin yegua

Una yegua sin amo

Ahora llueve


3 comentarios:

S. M. L. dijo...

¿A quién sacrificas en este día de lluvia de verano?

Qymera dijo...

La ceremonia del sacrificio del cuerpo se enfrenta a aquella otra de la palabra y es precisamente la última quien dirime el derecho de ser del cuerpo como texto. Un interesante viaje por el imaginario nos propones hoy. Un abrazo

Esther Hhhh dijo...

Uuff.. Espero que no te veas a tí en ese sacrificio..

Besitos